
La exposición cuenta con 150 instantáneas que nos enseñan el ecosistema social y etnográfico, la violencia asociada a la busqueda de su independencia y los lazos afectivos que estableció con el país y sus gentes.
La fotografía lo cautivaba porque expresaba la mirada distante del investigador que registra pero que, sin embargo, se mantiene consciente de lo que registra, con su capacidad para fijar de inmediato y a distancia familiar de los detalles que, en el momento de la percepción pasan desapercibidos o escapan a un examen más profundo. El francés fotografía campesinos deportados a los centros de reagrupamiento o llegados a las grandes ciudades, donde se ven abocados a una inactividad forzosa, y familias de vida precaria que viven en los suburbios de la metrópolis.
En mi opinión, las fotografías artisticamente hablando, no tienen ni calidad, ni estan bien tratadas compositivamente; pero como el autor no buscaba la "belleza", sino simplemente era un aficionado que quería tener un testimonio de este viaje, pues no se le puede analizar.
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