viernes, 29 de abril de 2011

Veermer

Hacia mediados del S.XIX al cabo de un largo silencio, el nombre de Veermer ya no correspondía a ninguna realidad biográfico-artística. Confundiendo con el de otros cuatro o cinco pintores holandeses, ni siquiera todos estrictamente contemporaneos suyos, se le atribuían obras de los más diversos géneros y calidades. La recuperación fue muy fatigosa: a la reconstrucción de su figura en el plano histórico, harto penosa y todavía incompleta, acompañó otra en el plano filológico: para dar una idea de tal complejidad baste señalar que de las setenta y seis telas que le asignaba Thoré Bürguer (1886)- por lo demás, benemérito redescubridor- el catálogo de Veermer se ha reducido a una treintena.
Son notablemente escasas las noticias procedentes de los archivos y no existe ninguna biografía antigua. El acta de nacimiento de Veermer data del 31 de octubre de 1632: el hecho se produjo en Delft. Nuestro hombre era el segundo hijo de Reynier Janszoon Vos, quizá llamado Van der Meer, que regenteaba una hostería en la plaza del Mercado y desde el año anterior ejercía además el comercio de obras de arte. Se impuso al recién nacido el nombre de Johan. Ya adulto lo usaría en la forma de "Johannes" mientras que el apellido- o tal vez el sobrenombre - se contraería en "Veermer", según costumbre holandesa. Para distinguirle de sus contemporáneos honónimos, la historiografía moderna le conoce como "Veermer el Delftani", esto es, "Veerner Delft"; en cuanto al nombre se prefiere la forma abreviada "Jan".
En 1564 fue admitido en la corporación artística de Delft - por consiguiente, debió haber finalizado entonces su aprendizaje, que en aquella época duraba unos seis años, abonando apenas una sexta parte de la cuota establecida; terminaría de pagarla en 1656.
Sabemos que la más antigua obra fechada de Veermer es de 1656: "La Alcahueta"; en cambio, no son con seguridad autógrafas las fechas de 1668 1669 legibles en "El Astrónomo" y el "Geógrafo". Las demás obras suyas resultan mudas en este sentido, aunque abundan las firmadas. En 1667/68 como testimonio de una reputación ya alcanzada, al publicar D. Van Bleyswycks su descripción de Delft reproduce  los versos de A. Bon celebrando a Veermer como sucesor de Carel fabritius. Nuestro Veermer había sido ya elegido vicedecano de corporación en 1662 y lo fue nuevamente en 1669 y 1670; lo que constituye otras tantas pruebas de su prestigio. En 1671 heredó 648 florines de su hermana mayor; no era una gran suma, pero tampoco desdeñable. Dos años más tarde cedió en alquiler la hostería y la casa de sus padres; y en unión de otros pintores, acudió a La Haya para una peritación sobre ciertas pinturas italianas: se trataba de un tipo de prestación muy ambicionado por los artistas. En 1675, asumía la delegación de su suegra en una cuestión testamentaria, y resulta dificil que semejantes tareas fueran confiadas a un hombre pobre. Pero surge una enésima contradicción en esta secuela de hecos, por lo demás tan escasa: unos meses más tarde el pintor recibió un nuevo préstamo, esta vez de mil florinos. Y aquel mismo año, el 15 de Diciembre, moría en Delft.

2 comentarios:

  1. leñazooooooooooooooooo.......
    y
    a tienes el coche? o vas a necesitar chofer otra semana mas?
    para lo que usted quiera señorita, su chofer al instante.
    un beso

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  2. Jajajja, siiii ya tengo a mi hijo!!.
    Aunque nunca está de mas tener chofer jajajaja. No curras o que?
    Besos

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